Hace 8 años que soy monitora en las colonias del colegio donde este año he empezado a ser profesora.
De muchos de mis alumnos fui antes su monitora que su profesora, por ello el "choque" para ellos fue en septiembre, en cambio este campamento otros alumnos han visto el cambio contrario, me conocían como profe y me han descubierto de monitora, la faceta de animadora que tienes que ofrecer en los campamentos o el cariño que les tienes que dar, no se ve durante el curso y aunque son cosas distintas yo me considero educadora más que profesora de mates o monitora de colonias.
A mi el cambio de una cosa a otra no me supone nada, al fin y al cabo es educación pero a distintos niveles aunque ambos son igual de importantes.
En el colegio aprendemos de mates, lengua, química... cosas que nos van a servir para nuestro futuro y para labrarnos una buena mente, para cuando queramos estudiar lo que de verdad nos llene tener una buena base de conocimientos y cultura. También aprendemos valores como el respeto, compañerismo, responsabilidad... pero en mi opinión estos valores se trabajan y adquieren mucho más en 10 días de campamento que en un curso escolar entero.
Todo el campamento se desarrolla en equipos, en el que se mezclan chicos y chicas de 8 a 16 años, personas que a lo mejor en el colegio ni se dirigen la palabra, pero que después de 10 días se quieren como si fueran hermanos. Es impresionante ver como los mayores cogen de la mano a los pequeños para hacer la actividad y les animan y motivan sin acordarse de la edad que tienen. Porque el esfuerzo es ESFUERZO en mayúsculas ya que lo haces para el equipo, y la motivación es totalmente intrínseca, algo que por desgracia pocos alumnos tienen en clase.
El hecho de que estos 10 días se desarrollen en la montaña, sin móviles, Internet, sin "contacto" con el exterior, también es un punto clave de las colonias, nuestros alumnos son los llamados nativos y digitales, y esto que a veces puede parecer una ventaja muchas veces se vuelve en su contra, es tal la dependencia que muchos adolescentes tienen de las redes sociales, los vídeo juegos, el móvil, la televisión... que en ciertas ocasiones no saben disfrutar sin usar la tecnología. Hablar en las caminatas por la montaña, sin tener un aparato por medio, dormir viendo las estrellas en vez de la televisión, jugar y divertirse sin necesidad de tener un mando... eso es la esencia de las colonias escolares.
Muchas veces tanto a colonos como a monitores nos cuesta describir con palabras los días de colonias, son tan intensos, se viven tantas cosas, se crean lazos tan profundos, cambia tanto nuestra mente y nuestra escala de valores, que cuando volvemos a casa estamos desubicados, como tristones, y solo queremos quedar con las personas que han estado con nosotros en las colonias, luego todo vuelve a la normalidad o a la rutina, como lo queramos llamar.
Sigo animando a todos aquellos que nunca han ido de colonias o de campamento a que lo prueben, que vivan la experiencia, porque todo el mundo que lo prueba repite.
A continuación la galería de fotos
Y el vídeo del campamento:
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